Tuesday, October 09, 2007

Regalando patria

“Compañeros mineros, trabajadores duros del rojo metal: una vez más debo

recordarles que el cobre es el suelo de Chile, así como la tierra es su pan.”

Así finalizaba Allende su discurso en donde promulgaba la ley que nacionalizó La Gran Minería del Cobre, el 11 de julio de 1971.

37 años después, el Estado de Chile sólo posee el 30% del mineral, percibiendo ganancias en 2006 de 2,5 veces el PIB de Bolivia. Imagínense cuánto ganarán las empresas privadas. Todo, por el gentil auspicio de la Concertación.

¿Cómo llegó a pasar esto? La dictadura de Pinochet, con el apoyo de su “dedocrático” Tribunal Constitucional, impuso en 1981 una ley de Concesiones Mineras que establece "Concesiones Plenas" con los mismos derechos de la propiedad privada.

Para los que no los saben, en nuestra constitución, en el artículo nº 24 sale que "el Estado tiene el dominio absoluto, exclusivo, inalienable e imprescriptible de todas las minas". ¿Raro no?

Bueno, qué más se podría pedir de la dictadura. Sin embargo, y he aquí lo preocupante, es la complicidad que existe desde el oficialismo con la derecha y el sector empresarial los que mantienen este robo. Al parecer, se tomaron tan en serio ese cuento del libre mercado que no tienen problema en vender su propio país.

Y claro, después vemos en las noticias que el cobre alcanza un record histórico, que con esto todos nos vamos a beneficiar, que aumentó el superávit. No obstante, seguimos presenciando la misma desigualdad en los ingresos, transformándonos en una vergüenza mundial.

La falta de voluntad política por parte de la Concertación es una aberración para el desarrollo del país y de las relaciones con nuestros vecinos. El 90% del cobre exportado a Perú por parte de Codelco va procesado, por lo que lleva valor agregado, mientras importamos un 60% de molibdeno (materia prima) desde el norte.

¿No es acaso un robo? ¿Y después queremos tener buenas relaciones y ser bien vistos por nuestros pares en la región?

Chile posee cerca del 40% del cobre en el mundo, lo que nos transforma en número uno en producción y exportación, y sin embargo, lo vendemos a precio de huevo, haciendo tratos por debajo con Japón y China y lo peor de todo, es que son algunos mercenarios los que se quedan con la mayoría del dinero.

Y es que cómo no va a ser un abuso, sabiendo que en nuestro país existen aún niveles de pobreza, incluso de indigencia, en que el sistema social no está funcionando, empero algunos pocos se están llenando los bolsillos a costa de nuestros recursos naturales y que además, no son renovables.

Y para que les de más rabia todavía, les dejo una cita textual que según un artículo en “El Mostrador”, habría señalado un ex Director de Codelco durante un gobierno de la Concertación: “…un país tan importante como Chile no se puede dar el lujo de nacionalizar como ese tal Evo. Cualquier intento en ese sentido era absurdo por el costo que implica comprar las empresas. Quienes estaban por la nacionalización, por mejorar el trato con las mineras privadas para que Chile consiguiera mayores ingresos o por otro modelo de desarrollo, eran sino mentecatos a lo menos inocentes.”

Así que a eso hemos llegado. El neoliberalismo ha caldo tan profundamente en las mentes ( o los bolsillos) de quienes gobiernan, que no sienten resquemor alguno en descalificar a quienes creen se debiera recuperar lo que nos corresponde.

No importa, alguna vez tendrá que funcionar el chorreo. Por mientras, dejemos que otros se beneficien a costa de nuestras riquezas, que algunos sigan ganando menos de cien mil pesos mensuales, que otros pocos duerman en la calle, porque si no es el cobre… ¿qué más podríamos vender?

Thursday, October 04, 2007

Ya no tengo micros

Ya no quedan muchas cosas para mí.
Cómo podré sobrevivir un noviembre sin mirar por la ventana de la micro???




Video: Nando
Música: Dani

Monday, October 01, 2007

Queridos Opinólogos


Opínense este

Prendo la televisión a eso de las 11 de la mañana y me doy cuenta de que en casi todos los canales nacionales existe una nueva especia humana. Unos seres llamados “opinólogos”. - ¡Qué raro! Exclamo. No tenía idea que existía esa palabra, al parecer, el “Word” tampoco.

Y sin embargo, en la tele insisten con la palabrita. Y bueno, para hacer el cuento más corto, este fenómeno se expandió y llegó también a la radio y los periódicos. El diagnóstico: Epidemia

Entonces, permítame volver a pensar en estos personajes e intentar analizar su función… No hay caso, me siguen pareciendo un montón de payasos jugando a ser críticos, intentando realizar periodismo de opinión y cuya única función es destruirse entre ellos.

Revisando la web, me encuentro con diferentes posturas en cuanto a la “opinología”, incluso con una breve historia. Su creador fue un norteamericano llamado Matt Drudge, quien antes de terminar la enseñanza media, creó en los años 90 una página en Internet dedicada a la denuncia de escándalos. El sitio pasó algún tiempo sin llamar mucho la atención, hasta el día en que publicó una de los mayores bochornos ocurridos a un presidente estadounidense. Fue Drudge quien divulgó las fogosas relaciones entre el Presidente Bill Clinton y su secretaria, Mónica Lewinsky.

De ahí en más, aparecieron una seguidilla de personajes que se dedicaban a chismosear o más criollamente, “copuchar” y luego emitir juicios de valor con respecto al tema. El primero en acuñar el término en Chile, según el portal Chile.com, fue Jordi Castell.

Y todo esto para qué, se podría preguntar usted. Bueno, las razones, como tantas otras, apuntan al billete, al negocio. Hace tiempo que los medios de comunicación han perdido la seriedad y ahora se deben absolutamente a la publicidad.

Esta situación ha creado el ambiente perfecto para la aparición –casi reproducción- de tantos sujetos dispuestos a decir cualquier cosa con tal de subir el rating, cual hongos en la humedad. Y claro, es una fórmula fácil y probada, más de alguno quisiera ver una atractiva modelo semi-vestida, sin importar que lo que esté diciendo.

Con respecto a lo anterior, uno de los opinólogos más conocidos, Larry Moe, hizo una especie de clasificación de estos personajes (ver cuadro), ya que él también piensa que existe una sobrepoblación, con la diferencia de que es más optimista: “…la opinología local vive un ciclo de explosión demográfica al cabo del cual todo decantará y quedarán los mejores.” Eso me huele a auto-publicidad.

Sigo indagando y me encuentro con que en varios sitios incluso existen prototipos. Empero, lo que más me llama la atención, es que muchos hablan de ser controversial, sin pelos en la lengua, polémicos. Yo me pregunto ¿adónde hemos llegado que un ex futbolista es invitado a tantos programas por decirle garabatos a la gente, o que una modelo cuenta un chisme y es catalogada casi como héroe?

Sin embargo, ahora que lo pienso mejor, su existencia hace más entretenida la nuestra y por supuesto, nos nutre de importantísima información que nos ha de servir para conversar con nuestros pares, y así lograr mayores y mejores reflexiones acerca de algo tan imprescindible para la sociedad como lo es la farándula.

Claro, qué podría ser más interesante que ver a Marlen Olivarí quedándose dormida en una cena, o mejor aún, que puede ser más despreciable que Pato Laguna haya engañado a la tan querida Carlita Ochoa.

Y ni pensar en mostrar en televisión algún programa cultural estilo Discovery Channel. Por ningún motivo señores. Es preferible que esos reportajes tan “fomes” sean transmitidos los días domingo a la hora de almuerzo, de lo contrario podrían perturbar a la audiencia y perder publicidad.

Ni hablar de tener periódicos serios, que traten noticias del medioambiente, de los conflictos bélicos o la economía mundial. Eso sería una burla para los lectores que viven cansados y que sólo quieren divertirse. Sólo puede existir cabida para los problemas amorosos de nuestros héroes y alguno que otro robo… ¡es que en Chile hay tanta delincuencia!

Mejor aún, el Senado debería contratar al Team Koala para que hiciera sus sesiones más entretenidas, y aprovechar de agregar un par de asientos más para que los opinólogos puedan ejercer su tan respetable labor con mayor comodidad y así acercar la política a toda la ciudadanía.

Asimismo, puedo darme cuenta de que esta bendición para el periodismo chileno ha cruzado las fronteras. De hecho, en Argentina existe mayor variedad de estos personajes, incluso se han transformado en un servicio de exportación, debido a la calidad y a que algunos “envidiosos” quieren destruirlos. En Chile no tenemos problema para recibirlos, nutrirnos de su astucia, recordando cuán amables y solidarios somos, sin olvidar jamás que somos los mejores, los jaguares de Latinoamérica.

Por eso es que podemos darnos el lujo de “regalar” algunos referentes tan importantes como lo es María Eugenia Larraín. Y aunque era secreto, me convierto un rato en opinólogo y les cuento que en realidad, el traslado de la modelo es parte de un plan para conquistar el Perú.

Es así, mis estimados, como debo reconocer que me he equivocado con respecto a los opinólogos. Ellos están lejos de ser payasos. Es más, deberían ser llamados héroes nacionales. Son nuestra salvación para los problemas que nos aquejan, como el Transantiago, el stress, la contaminación o el aburrimiento.

Son la llave hacia el futuro, son adelantados a nuestra época. Ni siquiera han tenido que ir a la universidad. Deberían ser llamados por el gobierno para opinar sobre tanto lío que ha salido alguna vez en los periódicos, pero que no podemos recordar bien ya que nuestros queridos amigos se han encargado de desviar la atención y protegernos ante cualquier catástrofe.

Viva el Chico Pérez, viva la Daniella Campos, viva Nelson Mauri, viva Jordi Castell. Si en Argentina Luli quiere ser presidenta, en Chile debería ser el turno de Diana Bolocco y que por fin nuestro país sea tratado como se merece … ¿o no?